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domingo, 25 de marzo de 2012

Una enferma sociedad.

Cada vez que veo las noticias y veo olas de asesinatos, guerras, violencia, etc., cambio de canal. No porque evada la realidad, no es esa la razón en ningún caso, es sólo no soporto ver cuán barbárico puede llegar a ser el que se dice, animal inteligente.
¿Acaso soy el único que no entiende, qué mierda pasa por la cabeza de los imbéciles que matan, violan y atacan a otro ser humano? ¿Algún científico leyendo el blog? Digo, porque tengo un C.I. 120, tal vez un C.I más elevado nos ayude a entender. Lo cierto es que aseguro, que ellos tampoco se explican.

Nos hacemos llamar evolucionados, civilizados y/o educados, pero no ponemos en práctica ninguno de los calificativos mencionados. El primero, ya lo hablamos, ¿matar?, Dios santo. De los segundos podemos decir que somos civilizados porque vivimos en sociedad, en ciudad (civilización), pero ¿qué tan civilizados y educados somos? Hagamos un pequeño test, cada pregunta vale un punto:

1.- Saludar al chofer de la micro al subir.
2.- Ceder el asiento a una persona discapacitada o embarazada.
3.- Detener el automóvil con gentileza ante un peatón esperando a cruzar por un paso de cebra.
4.- Uso de palabras mágicas: Por favor y Gracias.
5.- Pedir las cosas con gentileza y no prepotentemente.
6.-  No faltarle el respeto a los demás.
7.- Dedicar una sonrisa en vez de un ceño fruncido.

¿De 1 a 7, cuánto sacaste?... Ve si reprobaste. Lo más probable es que si (lo digo bajo una generalización de lo que me ha tocado ver.) pero, si honestamente no eres de las personas, alégrate por ti.

Pero, volviendo al tema. Nuestra sociedad está enferma, tiene cánceres como los bodrios que atacaron a Daniel Zamudio única y exclusivamente por tener una tendencia sexual que ellos no aceptaban.
El cambio debe venir de cada uno de nosotros, de ti, de mí, de todos. Si todos no cambiamos de una buena vez, no sirve de nada pedir leyes anti discriminación, pedir respeto, y sé que la mayoría que hace el intento le dura dos semanas a lo mucho. Pensemos más en los demás, no seamos tan egoístas y dediquémosle una sonrisa a ese ejecutivo amargado del Transantiago, les aseguro que un pequeño chip hace clic en su interior para poder cambiar de una buena vez.

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